Ottolinger
«Algo que conecte con aquello con lo que crecimos, que sea casi elegante pero también casual» Los diseñadores propusieron una colección de «capas softshell» que fueran fáciles de combinar y mix and match entre si como lo son, tops cortos de malla, vestidos largos estampados, chaquetas entalladas, bolsos de algodón o papel con grafitis, mientras que los zapatos con cordones asimétricos característicos de la marca, en piel de oveja.
Natasha Zinko
«Es una continuación de lo que hemos hecho antes, pero todo es un poco más suave y teniendo en cuenta las temperaturas frías». Profundizando en detalles como la técnica trompe l’oeil, imprimiendo digitalmente patrones similares a cuerpos en prendas como hoodies, chaquetas con cremallera y vestidos de malla hasta el suelo. Asimismo, bordados de cristales, chaquetas de piel de oveja y pantalones cortos a juego.
No. 21
«No me gusta apostar por estándares predecibles, es un experimento de convivencia». Una colección que combinó la movilidad junto con detalles sensuales y desarticulados en prendas del vestir cotidiano, con innovación y buen gusto. Prendas en tweed texturizado en blanco con lentejuelas, los suéteres de mohair, faldas de tubo de lentejuelas plateadas, chaquetas acolchadas, tops tipo corpiño en encaje de lana.
Blumarine
Centrándose en un enfoque de lujo, con una fusión entre el Y2K y el minimalismo de los noventa, prendas como bralettes, mallas de talle bajo, jeans, culottes, bombers deportivas definieron la colección, donde las piezas en denim contaron con múltiples lavados y los cargo pants con inserciones de encaje y satín.